jueves, 29 de noviembre de 2007

Sin título

A R.O.

El Caleuche,
repleto de su luz fantasmagórica
nos saludaba desde la bahía
y Rocío extasiada, corrió a la playa (o era un muelle quizás)
para deleitarse ante la proximidad de lo desconocido.

Reconozco que tuve miedo:
verla allí, lejos de mí.
Lanzada sobre el mar oscuro

Corrí tras ella creyendo no hallarla,
pero ahí estaba,
alucinada ante las luces y los fantasmas.
Me tomó del brazo -que ya no fue de padre- y dijo:
Bien sabes que algún día estaré allá
bailando bajo las luces desconocidas.

Quedamos en silencio.
Yo apretaba su brazo engrandecido
y volvía a extasiarme con las luces del Caleuche en retirada.

viernes, 19 de octubre de 2007

Abandonado

Abandonado

Unas hojas renacen
en tu árbol iluminado de ausencias


Las nubes que ayer
adornaran tu pecho abandonado
se alejan

sin sonrisas ni estridencias
sin manzanas de buen aroma
sin cantos gregorianos ni bossa nova
sin tiempo implacable ni florida existencia

sin gorriones buscando la última lluvia
ni trompetas anunciando un festival de lunas.

Atardecer

Me gusta caminar
tranquilamente entre la gente que pasa

por las calles de Santiago
llegar a una plaza pequeña entre las pequeñas
y sentarme a oír el susurro misterioso
de árboles y palomas
observar como el sol posa sus grandes manos
en la cabeza de los niños
mientras las nubes nos enseñan
su ancestral sereno ritmo.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Este de mí

No. No estoy aquí. No puedes ver detrás de la conjugación
mi rostro o mi deseo, no hay ninguna
sentada en este espacio tiempo mundo
capaz de contradecir
las entrelíneas.

Yo soy otra. La que te amó y se quedó contigo. En mí
vinieron las trayectorias de tus pasos,
tu pecho niño, tus ojos niños
y tus manos
cavando para encontrar su calavera,
arañando hondo,
hasta tocar mis cenizas.

Pero no nos quedamos.

Es una suerte buscarte arrojando migas
entre sílabas e hiatos,
componer la esquina de un encuentro,
dibujar tus pies,
caminando junto a su sombra,
y la mía y yo
y mis pies
al lado de los tuyos.

¿Quién eres?
¿Me estrellaría contra la ruta silenciosa
que forman tus murallas?
Oliéndote, te sigo.
El universo tiene el olor de tu piel
asediada.

martes, 16 de octubre de 2007

Azul de Luna

Se detiene el viento entre las uvas
Un fuego enciende mis ojos
Levanto mi frente fresca
Nocturna agitación de delicias
Suave fiesta de mis sentidos
Todo aparece iluminado
Desde lejos
La profunda noche me saluda
Mientras un mar de nubes
todo lo llena
Se detiene el viento entre las uvas

Elección

Aquí les mando otro poema para que lo disfruten o lo destrocen, las dos cosas se agradecen.


Y me quedo en esta vida
Vaciado caparazón de existencia ajena
Desdibujado acepto esta caricatura
Que para ti no tiene importancia
Y claro, mi amor no es garra ni trampa
Invitación perdida
Pasas de mí como aquel huracán que olvida
Tempestades de difuntos en sus faldas
Y entonces descubro que camine en medio de tus ojos
Tu intacta turbulencia me arroja
Más allá de toda luz posible
Y no te das cuenta.
Viviré sin tu religión
Difuminado en tu indiferencia pueril
Solo puedo sonreír
Mostrar un poco de dignidad ante la negativa
Y no te das cuenta.
Y no te das cuenta
Del tremendo terreno que ganó hoy la muerte
Mi muerte
Cristalizada hasta en la última fisura
De los tiempos que me restan
Y sin embargo sonrío
Y me despido con prestancia
Pulcro y elegante como un cisne decapitado
Pisoteado y penosamente feroz, muy parecido a un tapiz de tigre
O, si quieres, risueña parodia de un caballero sin armaduras.
Sale este personaje de escena, fragmento del decorado,
Un rasguño de este lápiz en el papel
Un signo
Una singularidad innecesaria
Chatarra espacial
Un gesto que se aleja
Tal como
Esta niebla se pierde
Entre
Las
Quebradas.

Tomado del aire
















Con este poema obtuve una mención honrosa en el Concurso de Poesía de AtinaChile, espero que les guste. Muchas gracias a la gente de Atina por promover la poesía:

Hay días como una multitud de niños festivos
Cuando los versos no me dan tregua
Y aparecen, se atropellan
Cantan gritan desgarran se apoderan
Todo arde a poesía
El mundo sabe a palabras tomadas del aire
Y nace una mujer
Tan hermosa como el azul danzando en los gritos de las águilas
De alegría tan preciosa como agua viva bajando a saltos de montaña
Su caricia, un nido de sol en la piel
Esa piel tan luminosa como el primer amanecer
de un hombre dejado en libertad.
Deslumbrante espada de piel bruñida de miel y plata
Soñada, tan soñada
Infinita mirada marina
Extrema, vital, poderosa y frágil
Inquietante nido solo imaginado
Turbadora presencia tibia.
Con un temor nunca vivido
Ni en la casa de las bestias
Ni con aquel revólver en mi sien
Te contemplo tan distante tan imposible

Más aterrado aún, descubro que te vas
Te vas
Te vas
Dejas una leve memoria de ti
Me bautizo con la sustancia espesa del olvido
Me diluyo en soledades esenciales
Y el mundo
Bruscamente
Queda en silencio
Apagado
Vacío
Mudo
Nulo
Ido
Ido
Ido

lunes, 15 de octubre de 2007

-una copa de Pan para la mañana-

oh es egoísta cuando no se le ve cosas que compartir
o lo que comparte es tan inmaterial y desidioso
que viene el juicio del egoísmo y la intrincadez de las palabras
y eso no es más que
la desesperación de tantas soledades deseándose
que se reclaman aullando en el papel poético
y con alicates sacan las muelas a la que versa

por no encontrar el amor
eso es todo
el esquivo y delirante amor

martes, 9 de octubre de 2007

Por qué será tan dificil escribir sobre la luz, desde la alegría? Va un intento. Saludos.

Renacimiento fugaz.

Fuego vivo canción serena
Letanías para un aparecido
Me siento sobre las brazas
De mis años perdidos
Lluvia pura viento profundo
Extraño lenguaje me domina
Una oración sin fin
Respiración nueva
Todo luz y abismo
Dicha serena
Camino sobre hojas secas
Una música infinita
¿Mi ángel de la guarda reencontrado?
Sueño sereno
Torrente de vida entre mis manos
Los ojos abiertos a las estrellas
Aire fresco del amanecer
Mensajes en una botella de luz
Eternización de las palabras.

lunes, 8 de octubre de 2007

Lectura, verdadera lectura poética de Alejandra Pizarnik

Y esto viene de parte de Karen Yáñez, que no pudo acceder y me lo envió a mí. Un gran trabajo de "compasión" -para usar un término tan caro a la Lispector- poética. Un homenaje a esa mujer que puso el alma y el cuerpo en su palabra.


Llegó


Mueres inocente.
Sin saber por qué
Quedas mustia, solitaria.

Inocente mueres
Olvidas lo que viste
Para no olvidar lo que estas viendo.

Ahora es cuando dejas de respirar.






Espejo


Terror enmohecido en la piel.
Telarañas de terror sin sosiego,
Mordeduras sacras, me dejas sin aliento.

El terror eres tú para mí.



Las flores y tú


Quisiera acoger tu dulce
piel prisionera,
respirarla y volverla mi sombra.

Que tu piel,
cual cala sobrecogedora,
se volviera una violeta celestina.

Ven, Alejandra, ven
yo te doy calor.


No estarás sola


Cuando volviste ilusión sin quedarte/
Cuando pude tocarte, mirarte, cuidarte.

No estarás sola, decía el poeta,
no hay palabra que la distancia haga volver.

Quédate sentada en el vértice oscuro.
Quédate y no me lo digas.
Quédate, amor, sin silencio.

¿Sin comentarios?

No es cierto que le hablas al silencio,
aquí estoy yo,
y yo soy multiplicada
una esquirla de flor un aliento de llama una sombra
de abismo
el milagro del eco.
Escucho
y replico.

Este exabrupto poético para decirles que creo necesario dedicar un tiempo para comentar el trabajo de los/las otros/as que participan. Estaría bueno...

viernes, 5 de octubre de 2007

Laberinto en esta nueva oscuridad

A través de este laberinto,

dentro de esta nueva mancha

de pensamientos indiscretos,

de contenciones liberadas,

se ha saqueado una y otra vez el deseo,

los vaivenes y los instantes,

los disfraces impuestos,

las máscaras irreverentes,

han dejado una mueca de falsa felicidad,

en el camino de la ilusión

purulentas lenguas,

y gangrena irremovible,

Con otro cigarrillo,

se expande el humo zigzagueante,

y yo con él;

vuelvo a este desprotegido Agosto,

depositándome en uno de sus muros,

para empujarme hacia el cuarto laberinto ,

mientras grita tu voz apagada,

abrasiva,

sin desechos,

dejando llagas y sangre mutilada,

llevándose la lentitud de las horas,

buscando el alivio a la angustia,
empapándome de esta fuerza ingrata,

de lo ajeno como si fuera propio,

de lo que ya no es ni lo será,

de este laberinto en los días venideros.

¿Cuántas horas me quedan en este laberinto?



Victoria Díaz

Este poema es el resultado de un laborioso, dedicado y fiel trabajo. Felicitaciones, Viky.

jueves, 4 de octubre de 2007

Esto me lo mandó Tamara Rodríguez, gran amiga. Digno de reproducirse con la fuerza del eco que sólo la tenacidad de la roca conoce:

Y, además, coincido plenamente...Esta viola chilensis que también cumple años este mes.

Vi un documental sobre la Violeta en el que se la ve dando una entrevista mientras pinta. Le preguntan:
_ Usted es música, pintora, escultora, hace arpilleras, ¿si tuviera que elegir una sola de todas esas formas de expresión con cuál se quedaría?_ Me quedaría con la gente.
Desarraigo en éxtasis



¿Me desarraigué de nuevo en este silencio?

¿Detrás de las métricas y risas?

¿Enfrentando este tono de voz?

¿En la oración?

¿En la tormenta de las señales?

¿En los quehaceres y los trastos?

Imagino un sendero,

pero no estoy en él,

aún así voy en caladas,

si es posible,

¡Pero no estaba!

Estoy segura.

Me desarraigué

de nuevo.

¡Sí!

Pero me salva la oración,

me salvas tú,

y en medio de este silencio.



Victoria
Lucania

martes, 2 de octubre de 2007

Un buen ejercicio...la crítica

Las/los invito a comentar los textos que recibimos. Es un buen ejercicio y una retroalimentación necesaria y motivante poara las/los que escriben. ¿Alguien sabe cómo se arma un FORO? Agradecería que me indiquen cómo crearlo, para que tengamos conversas extras.

lunes, 1 de octubre de 2007

AMANTES

Hola Carola, ¿Cómo va la vida? Gracias por la invitación a las letras...este es un poema de hace algún tiempo...acepto opiniones...un abrazo.

AMANTES

¡Oh, la espesura de lo presuroso!
Blanca diadema de ojos partidos.
Tú, tan lejana como el punto ciego de las rosas.
Yo, silencioso bajo árboles deshojados.
Caigo desde la alegría al coma
en una abrir y cerrar de muslos.

Te apareces tan pálida y altiva como la muerte.
Templada como las olas
en lo oscuro.

En tu aroma una promesa.
Me levanto sobre impávidos caracoles,
palpando la nívea certeza de tus pechos.

Diáfana me esperas, desnuda
en la cuarta habitación del castillo, la mesa servida,
en su cabecera, un Cristo sentado baja la vista
mientras palpo tus muslos
como hambriento espectro.

¡Oh, la espesura de lo presuroso!
Muero en el intento
de disfrutarlo todo, antes de la última lluvia.
Sufrimiento de oruga

Y todo tan quieto y tibio,
envolviéndome como tu matriz
añorada y siempre ajena.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Tomado del aire

Hay días como una multitud de niños festivos

Cuando los versos no me dan tregua

Y aparecen, se atropellan

Cantan gritan desgarran se apoderan

Todo arde a poesía

El mundo sabe a palabras tomadas del aire

Y nace una mujer

Tan hermosa como el azul danzando en los gritos de las águilas

De alegría tan preciosa como agua viva bajando a saltos de montaña

Su caricia, un nido de sol en la piel

Esa piel tan luminosa como el primer amanecer

de un hombre dejado en libertad.

Deslumbrante espada de piel bruñida de miel y plata

Soñada, tan soñada

Infinita mirada marina

Extrema, vital, poderosa y frágil

Inquietante nido solo imaginado

Turbadora presencia tibia.

Con un temor nunca vivido

Ni en la casa de las bestias

Ni con aquel revólver en mi sien

Te contemplo tan distante tan imposible

Más aterrado aún, descubro que te vas

Te vas

Te vas

Dejas una leve memoria de ti

Me bautizo con la sustancia espesa del olvido

Me diluyo en soledades esenciales

Y el mundo

Bruscamente

Queda en silencio

Apagado

Vacío

Mudo

Nulo

Ido

Ido

Ido

Yo la que te quiere

Qué buena forma de decir amor...

" Yo soy tu indómita gacela,
el trueno que rompe la luz sobre tu pecho.
Yo soy el viento desatado en la montaña
y el fulgor concentrado del fuego del ocote.
Yo caliento tus noches,
encendiendo volcanes en mis manos,
mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.
Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,
riendo la risa inmutable de los años.
Yo soy el inexplorado camino,
la claridad que rompe la tiniebla.
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía
y te recorro entero,
sendero tras sendero,
descalzando mi amor,
desnudando mi miedo.
Yo soy un nombre que canta y te enamora
desde el otro lado de la luna,
soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.
Yo soy algo que crece,
algo que ríe y llora.
Yo,
la que te quiere.

Gioconda Belli

jueves, 27 de septiembre de 2007

¿Qué opinan de este texto?

Los campos de España

Desde la ventanilla del boeing
los olivos parecen
diminutos chascones caminando
en silencio hacia una peluquería
antigua, muy antigua
como la noción de los campos de España
que guardo casi al final de mi alma.

(Escrito originalmente en 2000. Reescrito hace unos minutos)

martes, 25 de septiembre de 2007

Debí pedir autorización para extraer este bellobélico párrafo de un texto -¿un arte poética- de Carmén Parés porque me deslumbra una vez más con su costumbre de infringirse acusaciones que parecieran pretender dejarla mal parada y la deja, al final,. heroína y a salvo. Leo por estos Las Memorias del Subsuelo de F. Dostoievski, y ella cae con esto en mi destino lector con su confesión de borde. Entonces pienso que hay clásicos. Y éstas breves líneas lo son. ¡Grande, amiga!

"Pero ¿quién soy yo? Una que escribe fuera de las reglas lógicas del mero soporte del lenguaje. Junto una palabra con otra, una idea con otra, aunque se odien, se desprecien o anulen, meto hilo sintáctico, preparo una torta gramatical y ahí arrojo yuxtaposiciones con jurisprudencias e imprudencias, cómo no va a estar permitido ¡si hay tanto!, mi dedal es la metáfora, donde choca el dolor de la aguja, y cuando logra éste traspasar quedo con semiótica y coloco todas las sillas patas arriba para barrer el vocabulario y hacer transformaciones y cirugías (como la otra Carmen Gloria). La ortografía es el guardia del supermercado, válido y guarecido de criminales que quieran eliminar la H, aunque estén en su derecho capricho".

Carmen Parés

lunes, 24 de septiembre de 2007



Salgo con cara de ebria en la cocina de nuestra casa con mi amiga Karen que ya vertió sus letras en nuestro blog. Es lo que hay.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Hola

Este es un texto de una nueva integrante: Luz Bebé.
Le damos la bienvenida.

...y Dios, cansado de tanto crear, se fue a la playa a refocilar con sus ángeles. Tendido sobre la arena suave y blanca, los mi-raba juguetear con las olas y era bello lo que sus ojos veían. Pensó en la bondad de lo que había creado. Pero, tenían que regresar a los cielos. Sintió una extraña inquietud. Había creado los cielos y la tierra, los mares, los ríos y los lagos, los llanos y las montañas, los árboles y sus semillas, el día y la noche, los animales, los peces, los pájaros...Sentía un vacío: ¿Quién guardaría su palabra sobre la tierra...? ¿Quién mantendría viva su presencia sobre los seres y las cosas por él creadas?...Se acercó a los ángeles y les comunicó sus temores. Todos estuvieron de acuerdo..
- “Padre,-dijo uno- “tienes que crear al Ser más bello que imaginar puedas...”
-“ Un Ser a tu imagen y semejanza...”- dijo otro. Y así siguieron, atropellándose para dar su opinión: “...si porque tú eres bello y perfecto...” “...un Ser que piense...” “...un Ser que sienta...“ “...un Ser que te represente...” “...un Ser que tenga la suavidad de la arena y la fuerza del mar...” “...y la luminosidad del día y el misterio de la noche...” “...y que entienda el canto de los pájaros...” “...un Ser diáfano como el agua y profundo como el abismo...”Dios asentía a todas las sugerencias e invitó a sus ángeles a tomar parte en esta creación divina. Se afanaron sobre la arena húmeda, moldeando con sus manos de artesanos la forma perfecta. El Sol fijó en el cielo este momento precioso. Quiso participar en este quehacer dejando caer un rayo como ofrenda, agregando calor y luz al cuerpo inanimado. La Luna, curiosa, asomó su somnolencia por detrás de las montaña y un rayo de plata llevó el misterio de la noche a la masa de arena. Por fin los artesanos quedaron satisfechos con la obra creada mirándola extasiados. Permanecieron en silencio...El crepúsculo arreciaba alargando las sombras de las figuras sentadas semejando estatuas de oro y fuego. La Luna impaciente trajo por fin la Noche. Nadie se movía. El canto de los gallos rasgó la obscuridad y el amanecer encontró el mismo cuadro de la víspera. Se despertaron los campos. Los pájaros y los animales se sacudían la noche uniendo sus voces en un canto a la vida. Los Angeles rompieron la vigilia entonando himnos celestiales. El momento solemne y grandioso había llegado. Dios levantó la mano y se hizo el silencio. Todos contemplaban inmóviles al Padre. Este se agachó sobre la figura y le insufló la vida con su aliento. Comenzó la Transfiguración: Lenta, muy lentamente, cada grano de arena transformaba su escencia guiados por la fuerza invisible del pensamiento del Padre de todas las cosas. El Ser nuevo comenzó a dar señales de vida...un ligero temblor recorrió su cuerpo...los ojos se abrían poco a poco...El día se detuvo...las olas quedaron estáticas...se hizo silencio en toda la Tierra...los Angeles esperaban sobrecogidos...Al fin, Dios extendió la mano y el Ser nuevo y perfecto, respondiendo a la invitación, cogió la mano del Padre y se puso de pie. La tierra bramó de asombro, las olas rugieron cayendo sobre la arena y las más osadas llegaron hasta sus plantas para besarlas...el Sol reanudó su camino mientras sus rayos acariciaban la obra perfecta del Hacedor. Dios se sintió satisfecho...Había creado a la Mujer...

Luz Bebé Parada Maracaibbo, Agosto de 1980

jueves, 20 de septiembre de 2007

Clarice Lispector

Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba.
¿El proceso de escribir es difícil? Es como llamar difícil al modo extremadamente prolijo y natural con que es hecha una flor.
No puedo escribir mientras estoy ansiosa, porque hago todo lo posible para que las horas pasen. Escribir es prolongar el tiempo, dividirlo en partículas de segundos, dando a cada una de ellas una vida insustituible.
Escribir es usar la palabra como carnada, para pescar lo que no es palabra. Cuando esa no-palabra, la entrelínea, muerde la carnada, algo se escribió. Una vez que se pescó la entrelínea, con alivio se puede echar afuera la palabra.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

martes, 18 de septiembre de 2007

lunes, 17 de septiembre de 2007

Retrato de mujer

Y este poema, de mi parte


Retrato de mujer desnuda
con sombrero,
sin sombrero
a la sombra de un árbol,
mujer y violín,
mujer con toros,
madona de San Tiago,
en el bar,
con gato.

Óleo sobre tela latiendo.

Yo, la más subalterna.

Este artículo me parece muy interesante, para seguir con mi reflexión sobre la literatura de mujeres. Espero comentarios. También quisiera pedirles que me orienten sobre las lecturas que están haciendo para que podamos comentar al respecto o de autoras, autores sobre los que necesiten ampliar información, etc.


Lilian Elphick

Yo, la más subalterna de todas


El espejo cosido
Estas palabras se desnudan y se desatan después de la lectura del artículo "Dime quién es más bonito", por Mario Roberto Morales , reproducido el día 5 de mayo del 2007, pero escrito en 1996, según indica el mismo autor. Once años. Y en estos once años el tema del subalterno, el otro o la otredad, y el 'género' han cambiado. Género y costura, podríamos decir. Tela, hilo y aguja que la cosen. Punto cruz, punto pata de araña, simple pespunte. La piel se puede coser y bordar de mil maneras. Vaya al espejo y mírese. ¿No ve nada? Es natural: los espejos están opacos por el llamado postmodernismo neoliberal, y los conceptos de ‘imagen’ y ‘reflejo’ se han desvanecido y se han multiplicado a la vez, al más puro estilo borgiano (ya saben, los espejos son abominables…). Comienza a surgir una nueva raza de anti hombres-hombres y anti mujeres-mujeres, si se me permite esta rebuznancia. No me pregunten qué es lo que vendrá porque no lo sé. Yo soy yo y mi maldita circunstancia.Historia antigua

Antes, mucho antes, estaban Adán y Eva aburridos en el paraíso artificial que un tal Dios les dio, donde leones y corderos eran amigos. Dios, por supuesto, continúa ostentando una imagen masculina, piel blanca, cabellos rubios y ojos azules. Su hijo, NSJ, a veces se saca el corazón de su pecho y lo muestra al mundo. Iconografía kitsch. Luego, vino Lilith a colorearle (y culebrearle) el panorama a Eva. La primera feminista o mujerista; la agente activa, no la imagen; sujeto y no objeto. Fue nombrada “subalterna”, “bruja”, “puta”, cuando la vieron bailando desnuda en el bosque. Desde entonces, Lilith y Eva buscan el cambio. La puta y la santa están aburridas de sus roles. La esposa y la amante; la madre y la yerma; la “derechita” y la lesbiana, la tribada. Mujeres. Mujeres de todos los colores. Común denominador: vagina y tetas. Por ‘ahí’ menstruamos, copulamos y parimos. Por ‘allá’ alimentamos y seducimos. ¿Seguimos siendo la otredad? ¿Quiénes nos ‘alterizan’, sino nuestros propios hijos?El ejercicio de la letra y pongámonos más serias

La situación de la mujer en relación con ‘el ejercicio de la letra’ (Ángel Rama) ha sido “documentadamente incómoda”, dice Adriana Valdés (Ibíd:12) [1]. La utilización de las ‘tretas del débil’ (Ludmer) u otras maniobras escriturales, por parte de las mujeres, se ejerce desde Sor Juana a Gabriela Mistral, por ejemplo. En los géneros menores (cartas, autobiografías, diarios)- dice Josefina Ludmer- “ […] se exhibe un dato fundamental: que los espacios regionales que la cultura ha extraído de lo cotidiano y personal y ha constituído como reinos separados (política, ciencia, filosofía) se constituyen en la mujer a partir precisamente de lo considerado personal y son indisociables de él. Y si lo personal, privado y cotidiano se incluyen como punto de partida y perspectiva de los otros discursos y prácticas, desaparecen como personal, privado y cotidiano: ése es uno de los resultados posibles de las tretas del débil.” (Ludmer.1985:54).

Tanto Sor Juana como la Mistral tocan el tema de estar fuera de lugar, descentradas, desde el terreno propio de las mujeres: “la cocina y la huerta doméstica”. (Valdés.13)

“Esta noción de descalce –dice Valdés- coloca las expresiones de las mujeres latinoamericanas en el marco del interés por las claves culturales que se encuentran en ‘una relación callada y lateral’ con la cultura ‘del texto’: las ubica junto a las expresiones culturales populares, amerindias o afroamericanas, cuyo acceso al texto escrito ha sido problemático, y por lo tanto, las ubica también como reservas de diferencias potencialmente creativas en lo cultural. ” (Ibíd:13-14).
Vaporosas y femeninas

Con respecto a la crítica literaria hecha a escritoras el panorama es similar. “La crítica institucionalizada y patriarcal es dura, cuando no la ignora, con la creación literaria hecha por las mujeres2. Cito a Rosario Ferré: “Escribir bien, para la mujer, significa sin embargo una lucha más ardua que para el hombre. Flaubert re-escribió siete veces los capítulos de Madame Bovary, pero Virginia Woolf re-escribió catorce veces los capítulos de Las Olas”.3

La escritora chilena María Luisa Bombal, ha sido catalogada de vaporosa, misteriosa y femenina. Dámaso Alonso, en el prólogo a su novela La última niebla afirmó: “¡Qué suerte que el oficio masculino de escribir no haya masculinizado a una escritora más!”… “Si la mujer vive para la vida afectiva del alma y el hombre para las creaciones y realizaciones del espíritu, éste es un temperamento íntegramente femenino”4. Pero, María Luisa Bombal cambió la literatura chilena de los años ’30, recreando mundos alejados del pintoresquismo y criollismo realista de la época; ella buscó una diferente manera de escribir, se instaló en otro lugar, como lo hacen actualmente las narradoras chilenas Pía Barros, Ana María del Río, Diamela Eltit, Sonia González, Carolina Rivas, Lina Meruane, etc., portadoras de un lenguaje que quiebra la tradicionalidad, sujeto a la experimentación cambiante y fragmentada, desde donde emerge lo erótico, la marginalidad y la denuncia .

A pesar de la gran contribución literaria de la Bombal, ella nunca recibió el Premio Nacional de Literatura porque su obra fue considerada exigua.
Flaco favor de encasillarnos en la histeria o en la locura. El tópico de la histérica (hyster= útero) o de la mujer impulsiva ya que su útero la domina está en ‘grandes obras’ de la literatura universal. Sin ir más lejos, Madame Bovary, El amante de lady Chatterley. La histérica, la ninfómana, la sentimental descerebrada, está también en novelas de Vargas Llosa (sorry, Mario), Bukowsky, Bret Easton Ellis, etc. Para qué decir el cine y otros medios audio-visuales, plagados de rubias tontas, locas seductoras, brujas o santas santísimas.

El recuento de la humillación podría ser infinito.

Raquel Olea, teórica chilena, afirma que “[…] las mujeres no podemos seguir sólo insistiendo en hablar de opresiones ni de reivindicaciones que victimizan nuestra posicionalidad social y política ofrendándola al reconocimiento de una desigualdad sin salida.”[…] “Cada escritura que proponga la legitimación de un sujeto cultural construido en la indagación de otra palabra, de otras prácticas, de otras simbolizaciones, amenaza el poder de los discursos instalados.” 5.

Cuando Rosario Castellanos dice que “no es la solución tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy/ ni apurar el arsénico de Madame Bovary…”, porque “debe haber otro modo, (…)/Otro modo de ser humano y libre./Otro modo de ser” 6 , pienso en esa búsqueda incesante, pienso en esa queja y también en la fuerza para continuar. Ella nos remite a Sor Juana, “la sola pero no solitaria”, la de una “conciencia lúcida” 7 ; a Gabriela Mistral, a Elena Poniatowska, a Cristina Peri Rossi, y tantas otras mujeres escritoras cuyos textos lúcidos nos abren puertas con múltiples significados y relaciones. Y estos textos, así como todas las producciones literarias deben ser tratados con respeto, ya sea en la discusión y en el análisis, en los cuestionamientos y en las certezas.”La letra con sangre entra. Sí. Pero sale indócil y rebelde. Repito: La letra con sangre entra, no sólo para las escrituras de mujeres. Es impensable seguir denominándolas ‘minorías subalternas’, así como a los textos producidos por nativos (as) de la tierra, sean éstos (as) negros (as), amarillos (as) o de cualquier color y con una determinada preferencia sexual.

[1] Valdés, Adriana. Mujeres, cultura y desarrollo (Perspectivas desde América Latina.) . Serie Mujer y Desarrollo, División de Desarrollo , Unidad Mujer y Desarrollo, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Naciones Unidas, Marzo de 1991, Santiago de Chile.2 Elphick, Lilian. Mujer Escritora: La Conciencia Lúcida. Ponencia presentada en el Congreso de Escritoras Latinoamericanas “Ser mujer, ser escritora, ser latinoamericana”, Buenos Aires, Noviembre de 2002. Extracto.3 Ferré, Rosario . “La cocina de la escritura”, en La sartén por el mango, P.González y E. Ortega eds., (Ediciones Huracán, Puerto Rico, 1984), pág.151.4 En Oyarzún, Kemy. Poética del desengaño. Deseo, Poder, Escritura. (Ediciones Lar, Santiago de Chile, 1989), pp. 92 y 113.5 Olea, Raquel . Lengua Víbora : producciones de lo femenino en la escritura de mujeres chilenas. (Editorial Cuarto Propio, Santiago de Chile, 1998), pp .23-24.6 En La sartén por el mango. P.44.7 Paz, Octavio . Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. (Fondo de Cultura Económica , México, 1999), pp. 160-173.














sábado, 15 de septiembre de 2007

No iría de nuevo a Coroico

No iría de nuevo a Coroico.
Allí amé y odié intensamente
Di vueltas a una plaza ciega al frío
Degusté cacao en grandes hostias
bendecidas hace siglos,
Al amparo de la niñez más horrorosa.

Y miré
entre las demenciales hojas tropicales,
andanadas de dolor ajeno y propio.

No iré otra vez a los Yungas
Ni recorreré nunca el camino de la muerte
Para reconocer que allí odié y amé
Intensamente

Este poema -escrito el 2005- recoge la mitad envuelta en oscuridad, de lo vivido en un memorable viaje a Bolivia y de una no menos memorable travesía a los Yungas bolivianos, áreas tropicales, llenas de humedad, bucolismo sudoroso y siglos de paisaje detenido.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Quiero compartirles este artículo que escribí hace un par de meses, a partir de una reflexión sobre la literatura de mujeres.


Bienvenida…Casandra


Intentemos una reflexión, apelando a la figura de leyenda de Casandra, (en la traducción del griego: "la que enreda a los hombres"), princesa extranjera traída como botín de guerra, esto es, como esclava, por el patético átrida Menelao a su regreso victorioso de la guerra de Troya. Casandra fue condenada por los dioses a no ser escuchada. La leyenda registra el paso de un período matriarcal a otro patriarcal porque Casandra, hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya, fue sacerdotisa de Apolo, un dios lunar en las antiguas tradiciones, que pasó a la mitología griega como dios solar (masculino) con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accede a los arcanos de la adivinación, rechaza el amor del dios; éste, viéndose traicionado, la maldice escupiéndole la boca: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.

Con el castigo de los dioses, que niega el “poder de la palabra femenina” –y de la participación social de su pensamiento, agregamos-, el camino al nuevo orden patriarcal queda abierto. A partir de entonces, Casandra ve el mundo, lo entiende, lo siente, pero sus palabras no son tomadas en cuenta porque pese a que se “oyen” no tienen más valor que el de los delirios de una loca. Nadie oirá su opinión, porque su carácter de “verdad” ha sido anulado, y junto a su antiguo poder femenino, declinará Troya, último baluarte de las antiguas culturas primitivas del egeo griego, hasta ser finalmente borrada de la historia por los “aqueos”, con su estructura patriarcal, que necesitan libre de oposición la ruta comercial de los Dardanelos para dominar el Mediterráneo.

Así, condenada a ser “inaudible”, sufre mientras ve morir a los suyos, sin que sus advertencias sean escuchadas; en silencio asiste a la destrucción de su pueblo; en silencio es convertida de princesa en esclava; en silencio pasa de ser virgen a concubina del conquistador; en silencio es expatriada –un castigo mayor en la escala de valores de los pueblos del Egeo-; en silencio es puesta como “la otra”, frente a la mujer de Menelao –la mujer en el nuevo orden, hermana de la “bella” Helena, mujer-objeto de la disputa en la leyenda. En silencio participa del mundo, intentando desgarradamente abrir el espacio vacío para dejar plantada una palabra de futuro.

La producción literaria femenina se ha abierto paso, lenta y penosa, como un hilillo de agua entre la displicencia hostil de un paisaje histórico donde los discursos de “poder” establecidos no sólo jugaron a hacer invisibles o insignificantes los discursos sometidos a él, sino que los colonizaron, introduciendo en ellos mecanismos de perpetuación.

Las leyes, la política, la economía, la religión son ámbitos de dominio discursivo masculino y hegemónico que dejan fuera –en el silencio- a los discursos disidentes, porque la condición de hacerse oír siempre exige, en la mecánica de la dominación, la complicidad con el lenguaje del poder, que como un gran agujero negro de la palabra, atrae hacia sí todo lo que pugna por tomar otra dirección que la de la fuerza impuesta.

La literatura surge del intento de una voz por hacerse oír de una manera “sugestiva”, integrando visión de mundo y belleza: donde, de un lado se manifiesta la voluntad de comunicar un mundo íntimo y propio, y de ponerlo en juego junto a los demás discursos sociales; y del otro, la necesidad de recurrir para ello a los medios lingüísticos y estéticos culturalmente establecidos que se resisten a la posibilidad de que “lo dicho” sea diferente. Se castiga con la indiferencia de omnipotente interlocutor la posibilidad de que nuevas voces sean manifestadas, interponiendo siempre mediatizaciones, ajenas a su propia construcción, que las subordinan, a la postre, a un “enmascaramiento”.

Pero la literatura de mujeres padece además, como en el resto de las situaciones sociales, de una doble discriminación. Aquella hacia el/la artista –homologado particularmente con el excéntrico, a partir de los valores burgueses que el romanticismo trae consigo, pese a su máscara de rebeldía- y aquella dirigida hacia el producto “femenino”, puesto en la historia junto a la producción de las/los esclavos, sirvientes, subordinados, analfabetos, compartiendo su nula participación en las decisiones históricas con infantes, locos, indígenas, enfermos seniles bajo la figura de la “interdicción”. Puesta en entredicho, esta voz carente de la “sensatez” necesaria, debe ser mediatizada por otro que la “represente”, de acuerdo con los requerimientos del poder.

Recuérdese que hasta hace apenas medio siglo en la mayoría de los países llamados “civilizados” las mujeres éramos consideradas “incapaces” legalmente para decidir sobre nuestro patrimonio, sobre nuestras acciones públicas, sobre nuestros derechos y aún ocurre en la mayoría de los países del globo que no podamos decidir sobre nuestros cuerpos.

Esta figura legal, bien sirve al abordar la creación literaria de mujeres, para separar el trigo de la paja: en el ejercicio de la producción escritural se implica un doble gesto, si se quiere anular la “mediatización”: saber quiénes somos y crear un lenguaje propio que nos muestre, sin interferencias.

La expresión literaria de “las mujeres” ha pasado por diversas etapas, marcadas siempre por la batalla por instalarse como un discurso de “interés”, apelando a voces enmascaradas, a transformaciones sociales que han jugado un papel importante en las transformaciones culturales y simbólicas, pero también ha tendido a incorporar las voces, los géneros y los registros establecidos desde los “saberes” y los “quehaceres” propios de la creación masculina. Esto, si bien ha inclinado cuantitativamente la balanza hacia la visibilidad del género femenino, en medio de los registros dominantes, no ha significado todavía una real apertura hacia su lenguaje, hacia su pensamiento y expresión auténtica, porque resulta arduo desafiar a los discursos instalados para intentar los caminos más audaces de la resistencia a la fuerza aniquiladora del poder centrípeto.

La des-construcción, la desmitificación, la denuncia, la deslegitimación no son aún acciones suficientes, porque nos instalan desde la “negatividad”, cuando debiéramos ser “positivamente” transmisoras de un mundo literario original que traspase las barreras de la adjetivación usual de “difícil”, “raro”, “incomprensible” “experimental”, para referirse a los textos que más indagan sobre nuestra realidad, desde un lenguaje propio capaz de expresarla cabalmente.

Si el registro de la producción literaria de mujeres ha crecido enormemente en los últimos años, gracias a un impulso editorial obediente a las leyes del mercado, y hay objetivamente una mayor demanda de “escritoras”, motivada por un creciente público lector femenino, no hay en realidad una “feminización” auténtica del lenguaje, de los géneros, de las estructuras. Una mayor independencia económica de las mujeres genera condiciones de decidir, entre otras cosas, qué leer (ya es un paso); sin embargo, las leyes del mercado editor se inclinan por productos masivos que raras veces escapan a una visión sistémica, donde la mujer sigue ubicada en el registro menor. Podemos ser registradas, en tanto escritoras; pero en tanto mujeres, seguimos “interdictas”.

En la historia de la producción literaria de mujeres, ha habido muchas, cientos de Casandras. Algunas, optaron por el discurso oficial –o de una cordura auspiciada por el o los discursos dominantes, sin luchar por abrirse paso, aceptando las reglas impuestas, sin reconocer que mientras el sistema permanezca sordo, el silencio seguirá siendo el ámbito marginal donde se refugie, cabizbaja, la palabra inicial, sabia, poderosa de la mujer. Aceptar ese silencio como un mecanismo mutilante es el primer paso; el siguiente, la lucha social por la reafirmación de que la palabra de mujer debe ser finalmente oída, tal y como es, con su particular sentido y su particular belleza, con su “verdad propia”, para crear un “común sentido” y una “común belleza” en un mundo donde no exista la “interdicción cultural” como mecanismo de control social. Las lectoras tenemos mucho que decir al respecto, porque la elección jamás es ingenua.


Carolina Ferreira S.

Creación

Espero que este invento resulte y sirva para que volvamos a tener un lugar de encuentros humanos y literarios, que yo -confieso-practiqué poco en el que tuvimos antes. Así que hago este intento.
Bienvenidos.
En breve voy a comenzar a enviar material de lecturas y teóricos que nos puedan servir de guía, y espero que ustedes también lo hagan, así podemos charlar un poco respecto de lo que estamos haciendo.