sábado, 22 de septiembre de 2007

Hola

Este es un texto de una nueva integrante: Luz Bebé.
Le damos la bienvenida.

...y Dios, cansado de tanto crear, se fue a la playa a refocilar con sus ángeles. Tendido sobre la arena suave y blanca, los mi-raba juguetear con las olas y era bello lo que sus ojos veían. Pensó en la bondad de lo que había creado. Pero, tenían que regresar a los cielos. Sintió una extraña inquietud. Había creado los cielos y la tierra, los mares, los ríos y los lagos, los llanos y las montañas, los árboles y sus semillas, el día y la noche, los animales, los peces, los pájaros...Sentía un vacío: ¿Quién guardaría su palabra sobre la tierra...? ¿Quién mantendría viva su presencia sobre los seres y las cosas por él creadas?...Se acercó a los ángeles y les comunicó sus temores. Todos estuvieron de acuerdo..
- “Padre,-dijo uno- “tienes que crear al Ser más bello que imaginar puedas...”
-“ Un Ser a tu imagen y semejanza...”- dijo otro. Y así siguieron, atropellándose para dar su opinión: “...si porque tú eres bello y perfecto...” “...un Ser que piense...” “...un Ser que sienta...“ “...un Ser que te represente...” “...un Ser que tenga la suavidad de la arena y la fuerza del mar...” “...y la luminosidad del día y el misterio de la noche...” “...y que entienda el canto de los pájaros...” “...un Ser diáfano como el agua y profundo como el abismo...”Dios asentía a todas las sugerencias e invitó a sus ángeles a tomar parte en esta creación divina. Se afanaron sobre la arena húmeda, moldeando con sus manos de artesanos la forma perfecta. El Sol fijó en el cielo este momento precioso. Quiso participar en este quehacer dejando caer un rayo como ofrenda, agregando calor y luz al cuerpo inanimado. La Luna, curiosa, asomó su somnolencia por detrás de las montaña y un rayo de plata llevó el misterio de la noche a la masa de arena. Por fin los artesanos quedaron satisfechos con la obra creada mirándola extasiados. Permanecieron en silencio...El crepúsculo arreciaba alargando las sombras de las figuras sentadas semejando estatuas de oro y fuego. La Luna impaciente trajo por fin la Noche. Nadie se movía. El canto de los gallos rasgó la obscuridad y el amanecer encontró el mismo cuadro de la víspera. Se despertaron los campos. Los pájaros y los animales se sacudían la noche uniendo sus voces en un canto a la vida. Los Angeles rompieron la vigilia entonando himnos celestiales. El momento solemne y grandioso había llegado. Dios levantó la mano y se hizo el silencio. Todos contemplaban inmóviles al Padre. Este se agachó sobre la figura y le insufló la vida con su aliento. Comenzó la Transfiguración: Lenta, muy lentamente, cada grano de arena transformaba su escencia guiados por la fuerza invisible del pensamiento del Padre de todas las cosas. El Ser nuevo comenzó a dar señales de vida...un ligero temblor recorrió su cuerpo...los ojos se abrían poco a poco...El día se detuvo...las olas quedaron estáticas...se hizo silencio en toda la Tierra...los Angeles esperaban sobrecogidos...Al fin, Dios extendió la mano y el Ser nuevo y perfecto, respondiendo a la invitación, cogió la mano del Padre y se puso de pie. La tierra bramó de asombro, las olas rugieron cayendo sobre la arena y las más osadas llegaron hasta sus plantas para besarlas...el Sol reanudó su camino mientras sus rayos acariciaban la obra perfecta del Hacedor. Dios se sintió satisfecho...Había creado a la Mujer...

Luz Bebé Parada Maracaibbo, Agosto de 1980

3 comentarios:

Carolina dijo...

Bebé,

Me sorprende la pluma que deslizas por este texto, lleno de sutiles descripciones, de adjetivaciones evocadoras, donde el espacio mítico es reeditado para una transformación. Me encanta tu estilo. La reinversión del relato bíblico tradicional nos pone frente a una deidad masculina que, sin embargo, tiene el "deseo" y la "necesidad" de crear a un ser lleno de ternura, de dones. Aquello de "por sus obras los conocereís" nos dice aquí que la mente del demiurgo es una mente "feminizada" POr supuesto, me encanta este ejercicio. La reescritura de los tópicos, la des-construcción del mundo ordenado de acuerdo a leyes y parámetros "patriarcales". Doble aplauso. El lenguaje, un mérito. Lleno de tibieza, de luz, de candor, también

Mauricio Osorio Pefaur dijo...

Me gustó mucho el relato. Tiene frescura y a la vez la intención de torcerle la mirada a la hegemonía masculina de occidente. Me gustó también porque tiene la sencillez y la fuerza para contárselo a niñas y niños y crear así nuevas esperanzas. Lo guardo para contárselo o leérselo a mis hijas.

Mauro
Pd: Carolina, trata de publicarlo de nuevo porque tiene algunos signos raros... En editar entrada puedes arreglarlo y luego volver a publicar la entrada.

Carolina dijo...

Ahí va, lo edité. Gracias, Mauro.